sábado, 20 de diciembre de 2008

Hay una serpiente en mi sala

Hay una serpiente en mi sala. Está enroscada en el suelo y tiene una actitud amenazante. Su color es verde. La veo por todas partes con cautela. Creo que ella me vigila también. La serpiente se mueve de un lado al otro por el suelo: a veces está bajo la mesa de la sala; otras, sale por abajo de una silla. Finalmente, me parece que ya he visto suficientemente al reptil y que no debería tentarlo más. Levanto a mi perro para que no lo muerda y cierro la puerta plegable de mi cocina. La puerta debió golpear a la serpiente, pues ésta arremete violentamente contra ella, inyectando sus venenosos colmillos y haciendo un horrible siseo. Me asomo para verla y veo que tiene pequeñas púas erizadas a lo largo de su cuerpo. Mis hermanos escuchan el siseo de la víbora y bajan a ver qué pasa. Mi hermano planea atrapar a la serpiente y le digo que me espere para ir por algo en dónde meterla. Vemos de pronto moverse otra pequeña serpiente a una gran velocidad por toda la sala. Quizás una cría de la víbora mayor. Ésta se mueve tan rápido que uno diría que no se arrastra sino que vuela. Logro atraparla y, mientras la sostengo, chupo su cabeza. Me preocupa haberme tragado el veneno. La encierro en una pequeña caja metálica de colo rojo. Regreso y me parece que mi hermano ya ha atrapado a la víbora más grande y la ha metido en un saco. No me acuerdo que le hacemos despúes a la bolsa.

lunes, 8 de diciembre de 2008

I dream of betty

Betty la fea saca un disco de ópera. La actriz que la interpreta (me refiero a la colombiana) me dice que aceptó ese papel únicamente porque tenía necesidades económicas, pero que lo suyo siempre ha sido la ópera, así que ahora aprovecha para lanzarse como cantante. La portada del disco simula un autorretrato de Frida Kahlo pero con la cara de Betty mostrando sus brackets al sonreir.

martes, 2 de diciembre de 2008

Music

Fue realmente mucha suerte el que haya podido asistir al concierto de Madonna este fin de semana pasado. Podría decir que empeñé mi alma a mi hermana por el resto del próximo año, pues no eran boletos baratos. Ahora tendré que vender un riñon o involucrarme en el narco para pagar mi entrada. Sin embargo, creo que valió la pena. Este concierto ha sido uno de los mejores espectáculos a los que he ido. El despliege de tecnología fue impresionante: pantallas, rayos láser, hologramas, limosinas en el escenario, hasta un pequeño ring de boxeo. Sin contar con las coreografías, los besos lésbicos y las señas ofensivas de Madonna, (¡Nos dijo: "Motherfuckers"!) etc.

Confieso que estaba muy emocionado por ir. Hasta mi santa madre lo notó cuando le decía cada medía hora que mi hermana no había llegado. La razón de mi emoción no estaba tanto en que Madonna sea una gran cantante. Todo mundo sabe que su talento para la música es moderado. En mi opinión, su grandeza se encuentra en su carisma y en su carácter, en su habilidad para transmitir su energía, en el ícono feminista que representa. Porque antes de Madonna no había muchas mujeres en la música pop que dijeran: "Esta es mi sexualidad" o "Este es mi cuerpo". Así que mi emoción por ir al concierto no era tanto por ver a la Madonna de hoy, sino a la Madonna que fue. No pude dejar de cantar a todo pulmón canciones como "Into the groove" o "Like a prayer".

Por momentos, me olvidé completamente de que había gente observándome y fue como si estuviera en mi cuarto cantando. Me olvidé de que estaba entre puro fresa y maricón jotero, entre puro ejecutivo de Telerisa, entre personalidades de la farándula tan "grandes" como Enrique Burak o Adela Micha (al primero de los cuales lo presencié con mis propios ojos, mientras que la segunda se sentó atrás de mi hermana). En fin, no pude sino comprobar la verdad del estribillo de "Music": Music makes the people come together. Music mix the bourgeoisie and the rebel.