viernes, 15 de agosto de 2008

Besito

¡Ayer le di un besito en la mejilla a un teatrero que me gusta mucho! ¡Soy tan feliz!

lunes, 11 de agosto de 2008

Koan

Ayer tuve un sueño un poco extraño. Ya no me acuerdo muy bien, pero en un esfuerzo por mejorar mi memoria onírica, de ahora en adelante escribiré la mayor cantidad de sueños posibles. Digamos que quiero descubrime un poco más.

El sueño comienza -o más bien, desde dónde me acuerdo de él- en que estoy caminando por unos callejones estrechos formados por las paredes ásperas y grises de unos edificios. Mientras caminaba, veía tres edificios grandes y tenía que escoger a cuál quería entrar. Sólo me acuerdo que uno de los edificios se relacionaba con que yo podía tener adentro relaciones sexuales, pero yo no quería entrar a ninguno. Así que me alejaba de ahí por las callejas y llegaba a un cuarto en donde mi prima veía una película. Las primeras escenas representaban una catedral en blanco y negro, como si fuera una versión antigüa del jorobado de Notredam. De la tierra salían unos muertos. Entonces yo le decía a mi prima que era una película de terror y al oír eso ella salía corriendo porque le daba mucho miedo. Luego me encontraba caminando por unos andamios improvisados, hechos con tablas de madera y con tubos por pasamanos. Mucha gente caminaba por ellos y buscabamos a un fantasma. Finalmente yo me separaba, y aquí es donde empienza para mí la parte significativa del sueño.
Tenía que encontrar al fantasma de Tori Amos, que se había separado de su cuerpo, y ayudarla a regresar a él. Entonces se me aparecía el fantasma de Tori y me daba un pequeño discurso en el que me decía cosas muy importantes y profundas. Yo estaba muy contento de que ella se apareciera porque para mi era como una guía espiritual. Me hablaba con metáforas un poco crípticas como en sus canciones. Todas sus palabras tenían un significado literal y a la vez un significado latente, y ambos significados eran correctos, de forma que uno no podía comprender uno de los significados sin entender el contrario. Lo último que me decía era algo así como "A la diversidad de habilidades corresponde la diversidad de la inteligencia". Yo me sentía realmente muy tranquilo por eso. Me daba la sensación de que lo que ella me decía era que cada persona, incluyéndome, tenía sus propios talentos y que no podía medirlos con un solo rasero. Que en realidad no hay gente tonta sino que a cada quien había que estimarla según sus propias habilidades. Me parecía que lo que transmitían sus palabras era la clave de la liberación.
Luego pensaba que para hacer que su espíritu volviera a su cuerpo yo tenía que ofrecer cinco koan. Un koan era, en el sueño, algo parecido a un ritual oriental, de aspecto japonés, en el que yo tenía que sacrificar algo. El punto del ritual era justamente que yo sacrificara algo. Entonces me imaginaba a mi mismo cortándole el cuello a un cisne o a un ganso blanco (no identifico bien al animal) con una navaja mientras lo sostenía por el cuello. Luego pensaba que tenía que hacer ese sacrificio cinco veces y que eso quería decir que tenía que sacrificar cinco gansos. Esto me impresionó tanto que me desperté y no podía dejar de pensar en lo que significa.
La palabra koan me recordaba algo, sabía que la había visto antes y que tenía que ver algo con el budismo. Ahora investigando recuerdo que un koan es un acertijo o una pregunta que un maestro zen le plantea a su alumno, pero que no se responde usando la lógica o la razón sino más bien a través de la intución y que tiene como fin lograr la iluminación.