Yo sé que ahora estás en el cielo de los peces, que navegas en el inmenso océano del firmamento. Nadarás durante mucho tiempo hasta alcanzar la otra orilla del universo. Ahí te econtrarás con Dios, quien te levantará con una mano y te dirá: "Has sido muy buen pez, un gran amigo". Y luego, de un solo soplo, convertirá tu cuerpo en una estrella y habrás ganado acceso al paraíso. Me consuela este pensamiento pues no sé cómo habrán sido tus últimos momentos. En tus ojos veo el misterio de la muerte. En tu cuerpo veo la presencia de la nada. Ya no moverás tus aletas ni tu cola como esas señoras coquetas y adineradas, ya no lucharás con tu reflejo cuando estés al sol, ya no provocarás la sonrisa ni el asombro de mi sobrino, y todo por mi estupidez y mi imprudencia. Yo fui tu asesino. Discúlpame Gumaro porque al final te dejé solo, discúlpame porque no supe cómo cuidarte. Discúlpame por favor Gumaro. Pero algún día volveré a estar junto a ti, pues yo también tengo que morir. Tal vez entonces sepa cuidarte yo a ti.
R.I.P.
??-Diciembre de 2007 - 12 de Marzo de 2009
