lunes, 29 de septiembre de 2008

Causalidad

para Adán


Las personas son como los átomos. Una completa lotería universal. Entramos en contacto por la ley de la causalidad. Uno nunca sabe con quién se va a encontrar en esta inteminable cadena. Cuando creemos encontrar a alguien que puede ser la próxima persona con la que estemos, que es la persona ideal para nosotros (como si tales quimeras existieran), resulta que el destino - o el azar, da igual cuál sea - tiene pensado algo distinto para nosotros. Terminamos en brazos de quien menos esperábamos. Fue así que me encontré en una fiesta, una fiesta en la que conocí a un chico maravilloso. Un chico noble e inteligente, amable y cariñoso. Esa noche comenzó algo que yo pensaba no me volvería a suceder en mucho tiempo. Y como si los acontecimientos pasados de mi vida nunca hubieran existido, me volví a enamorar. Fue una sorpresa. Por lo que no dejo de pensar: ¿No es la causalidad algo curioso?


2 comentarios:

Pao dijo...

El destino es bastante raro, pero hace la vida mas interesante...
la vida siempre sale con sus sorpresas xd

Mario dijo...

"Los dos pensaron que un repentino sentimiento los unía/ Esa seguridad era hermosa, aún más hermosa que la inseguridad/ Y es que cada principio es siempre una continuación/ El libro del destino siempre está abierto a la mitad". No sabes cómo me gusta el poema de Wislawa Szymborska que contiene estas líneas. Y no sabes cómo me gusta también leer historias a las que se puedan aplicar esos versos. La casualidad es algo curioso, irónico, desconcertante, atemorizante, hilarante. Por eso no hay que hacer más preguntas cuando la casualidad presenta su mejor cara... Y si, coincido, estudiar filosofía le complica a uno mucho la vida!